Marina

Estoy un poquito apenada porque, de todo lo que había leído de Carlos Ruiz Zafón hasta el momento, me había encantado y le tenía un cariño especial a sus historias, así que pensaba que con este libro, tan querido por muchos, sería igual. También es verdad que, los anteriores que leí, fue en mi adolescencia y desde entonces la verdad es que, además de los muchos años que han pasado, también han sido muchas otras lecturas, muchas variaciones en gustos literarios y... en fin, el tiempo.

La premisa de este libro se me ha dado un poco un aire a Las Eternas y El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares (y eso que este ni siquiera lo he leído). Sé que «Marina» fue publicado mucho antes que estos dos y debería haber sido una historia original y preciosa en su momento y durante los muchos años posteriores, pero ahora me ha sabido a poco.

Mejor empiezo con los aspectos positivos:

- Carlos Ruiz Zafón escribía de maravilla. Su pluma era un arrullo en una mañana fría de otoño, sus frases sonaban como el crepitar de una chimenea y el susurro del viento a través de una ventana mal cerrada. Es algo que no puedo negar en ninguno de sus libros.

- La atmósfera, entre críptica, melancólica, nostálgica y mística, superponiendo una neblina oscura a los personajes. Es como si la propia ambientación de una Barcelona nublada fuera un personaje más de la historia, calando hasta los huesos, llenando cada recoveco con su aliento.

Puntos regulares:

- No he llegado a conectar con los protagonistas, tanto Óscar como Marina me han resultado totalmente ajenos, nos cuentan sus vidas, los detalles que los unen, el contexto de sus historias entrelazadas, sus pasados que se convierten en un presente intenso. Y ya está, me han sabido al eco de fondo, sin más ni menos.

- El misterio, que es la trama principal, ha habido momentos en los que me resultaba todo un poco surrealista. Sé que no es la clase de historia que va a tener sentido en todo, pero entre momentos que subían la tragedia al nivel máximo y algunos aspectos que se desmadraban... en fin, no sé, no me ha terminado de conquistar del todo.

Lo dejo en una puntuación intermedia. No lo he odiado, pero tampoco me ha cautivado.