El palacio de la medianoche

Idea interesante y con potencial pero mal ejecutada en mi opinión. Personajes planos y diálogos forzados. Me agradaba la idea de narrar una historia a partir de un grupo de amigos que disfruta contando historias y en las primeras páginas me metí de lleno en la trama, pero a medida que avanzaba capítulos, fui viendo que los diálogos me sacaban de la historia. Los personajes son adolescentes, pero todos usan un vocabulario demasiado culto para resultar creíble. No dudo que algunos hablen de esa manera, pero ¿absolutamente todos dentro del mismo grupo e incluso los adultos? Eso hizo que casi todas las voces sonaran igual. Una cosa es el narrador general de la historia, que está muy bien en tono y forma, y otra muy distinta es el modo en que cada personaje narra las historias que aporta al club o a la trama. Casi todas suenan igual, independientemente de si es Ben, Sheere o la anciana quien toma la palabra. Isobel es insufrible, quizás por la voz que le ponen en el audiolibro (en general las chicas suenan como si todas fueran pijas).

Por otro lado, la mayoría de ellos (por no decir todos) me parecieron pedantes y apenas empaticé con ellos por ser, entre otras cosas, una colección de estereotipos. Llegada la mitad del libro empecé a aburrirme, a pesar de que Zafón es un buen narrador. Entiendo que el estilo de que eligió para esta trilogía es peliculero, pero me pareció que en El príncipe de la niebla se adaptaba mejor al formato novela. Con El palacio de la medianoche, en todo momento sentí que estaba viendo una película de sobremesa que no terminaba de cuajar.

¿Leeré el tercer y último volumen? Sí, porque la Trilogía de la Niebla, por suerte, está compuesta por tres historias autoconclusivas. El príncipe de la niebla me agradó a pesar de sus defectos, porque en ella encontré una buena ambientación y unos personajes interesantes; El palacio de la medianoche no me ha gustado nada, pero quién sabe qué ocurrirá con Las luces de septiembre.