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Segunda entrega de la trilogía del “No”, un thriller policial que engancha desde las primeras páginas. La novela sigue la misma línea que la primera. Han pasado siete años desde el primer asesinato y nos encontramos con el mismo inspector de policía y con el mismo asesino. Y aunque ya sabemos desde el principio quien es el asesino, esto no le resta intriga. Todo lo contrario, hay un cambio de escenario que nos permite conocer el trabajo policial, incluso desde otra perspectiva, hay personajes nuevos, vemos la evolución de los que ya conocemos y por supuesto, tenemos un motivo distinto para matar y que nos mantendrá en intriga durante buena parte de la lectura. El asesino es el mismo pero la trama es completamente diferente. Otra cosa distinta, es la presencia de un nuevo narrador, y es que en esta entrega el autor le da un papel crucial al asesino en la narración, y esto me recuerda mucho a la novela Memento Mori. Cabe destacar la referencia a otros autores y novelas policiacas españolas que hacen el propio autor en la novela. Y no puedo dejar atrás tampoco la importancia que se le da a la música, relacionándola con los estados de ánimo del personaje principal. Blas nos acerca a los personajes desde distintos puntos de vista, de forma que puedes llegar a sentir y empatizar con ellos. El estilo es sencillo y muy directo, es una lectura amena con descripciones que no aburren, diálogos naturales, cotidianos y sin florituras innecesarias. Ya solo me queda decir que lo recomiendo 100%, que me ha gustado más que el primero. Su lectura es rápida y muy entretenida. |
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