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Lo cierto es que no esperaba mucho de Los cuentos de Beedle el Bardo, ha sido mi primerísima lectura desde que salió hace unos años. Aunque sí que me hacía ilusión encontrarme de nuevo con Dumbledore, en sus anotaciones. al final éstas han pasado a un segundo plano, pues me quedo con lo que me han hecho sentir y reflexionar estos relatos. El primer cuento nos habla de la bondad, de ser buenos con todos y a todas horas y... Qué quieres que te diga, pero a mi ya no me sale ser así, llegando prácticamente al servilismo. He sido siempre buena con los demás y algunxs se han aprovechado de ello a base de bien. Ya sabéis el dicho ese de: le das la mano y te coge el brazo entero. Tal cual. A veces es necesario pararte a pensar si esas personas te están haciendo el mismo bien que tú procesas. En el equilibrio, creo yo, está la virtud. El segundo cuento ya me gustó más, y es que, como bien nos describe la introducción, no son los clásicos de las princesas Disney, aquí las mujeres se sacan las castañas del fuego ellas solas. También nos habla de la solidaridad y de encontrar las personas adecuadas en tu camino para descubrir el valor y cambiar aquello que no te gusta o te hace infeliz. El cuarto es entretenido y hasta diría que divertido para los más peques, relacionándolo con la famosa caza de brujas. Además, me recuerda a Ron🤗 El 5°, la fábula de los tres hermanos, obviamente es con el que más a gusto me he sentido, resultandome tan familiar tras haber leído el séptimo libro. Te manda directa a Hogwarts... Además de hacernos ver, una vez más, que la muerte forma parte de nosotrxs, que hay cosas mucho peores que ésta. Para el final he dejado el tercero y es que me ha dejado tocada. No por lo gore de la historia en sí (no apta para niñxs, a no ser que le gusten los hermanos Grimm😅). Si no por el mensaje: debemos aceptar el sufrimiento, nuestra vulnerabilidad. Una vez más, forma parte de nuestra propia existencia. Las auto exigencias no nos llevan a ningún sitio, salvo a frustrarnos. A bloquearnos. Somos imperfectos. Tenemos pánico a vernos expuestos, a mostrar nuestros sentimientos y emociones, como si eso fuese a hacernos más débiles... Considero que más bien nos hace ser cínicos, vacíos. Irreales. Como colofón a la huella que me han dejado estos cuentos, resulta que me entero que toda la recaudación de la venta de este libro va para la Asociación "Lumos" Que protege a los niños y niñas de Europa de la pobreza y los orfanatos. Así que... Chapó. Mis cinco estrellas. |
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