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El peligro sigue abriéndose camino en Hogwarts, y ahora, además, parece hacerlo desde dentro del propio Harry. Unos crecientes dolores en su cicatriz y extrañas visiones le hacen sospechar que Voldemort es capaz de acceder a él, ver por sus ojos, así que comienza unas intensivas clases para intentar evitar que pueda conectarse con él. Por desgracia, el profesor asignado para tal tarea no será otro que Severus Snape. Por otra parte, la posición de Dumbledore como director corre peligro con la llegada de Dolores Umbridge, una enviada del Ministerio para tenerlo vigilado y endurecer las normas en la escuela. ¡Y de qué manera! Harry y sus amigos deberán andarse con cuidado si no quieren ser descubiertos, y como alumnos leales a Dumbledore, deciden crear su propio grupo para seguir practicando encantamientos defensivos y prepararse para lo que está por llegar. Una novela tan mágica como las anteriores pero con matices más oscuros, anticipando lo que está por llegar. Que no os intimide su extensión, se lee del tirón. |
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