Harry Potter y el prisionero de Azkaban

Nos encontramos con la alegría del siguiente curso escolar y asignaturas nuevas (para desgracia de Hermione que quiere cursarlas todas y le faltan horas en el día), nos presentan otras facetas de algunos personajes secundarios, como Hagrid y su amor por los animales que lo animará a convertirse en profesor, y un nuevo misterio encarnado en la figura del siniestro Sirius Black.

Con este libro se empieza a apreciar un cambio evidente en la forma de narrar la historia. Harry, Ron y Hermione ya no son niños y deben enfrentarse a problemas de adultos como la constante sombra de Sirius Black, y tolerar la presencia de los dementores alrededor de Hogwarts. Ya no hablamos de libros infantiles, alegres y coloridos con toques de acción, vemos oscuridad y peligro real. Harry es consciente del cambio, empieza a intuir que algo grande e importante, con él y Voldemort en el centro de todo, se cierne sobre el mundo mágico.

Bajo mi punto de vista, comparado con los dos libros anteriores, éste flojea un poco. La trama en general no me pareció muy destacable, será porque el personaje de Sirius Black nunca me llegó a cautivar. Pero sí que me gustó mucho todo lo relacionado con los merodeadores y su mapa, la terrible maldición de Lupin y cómo sus amigos encuentran una solución, cómo Draco la lía parda con el pobre hipogrifo y cómo Hermione acudirá al rescate gracias a su gran ingenio.

Saludos ;)