Harry Potter y el prisionero de Azkaban

En esta nueva entrega, Harry Potter y sus tres amigos se tendrán que enfrentar al misterioso Sirius Black, catalogado como un alto criminal que escapa de la prisión de Azkaban supuestamente para perseguir a Harry. Ese enigma les llevará todo el curso resolverlo pero lo que no se esperan es que la historia cambie según conozcan las versiones.

El Prisionero de Azkaban es sin duda el libro donde J.K. Rowling explica el mundo mágico de una manera adecuada. En los dos primeros libros tenemos una aproximación, pero en este libro nos embarcamos al mundo mágico en esa primera parte con la experiencia de Harry con su familia adoptiva, que aunque sean odiosos como personajes, son de lo mejor que hay. En cuanto al misterio, en este caso es quizás un tanto sentimental más que de acción. Harry se enfrenta a sí mismo, sus miedos y el dolor que siente. Es por eso que en este libro Harry consigue caerme un poco mejor- no me digáis que no lo tienen un poco mimado, que a todos por menos nos expulsaban de la escuela- y me llega hacer entender que ese sentimiento de abandono y soledad es totalmente real y más con la emoción de encontrarse ante nuevos personajes que le abren un camino nuevo.

Este libro también tiene algo especial, y es que vemos como avanza, para bien o para mal, la amistad del trío hasta formar personalidades que no son sólo un «estamos aquí para ayudar a Harry», y, también, la esencia de Dumbledore, aunque poco presente, empieza a manifestarse en toda su grandeza.

Sin duda un libro que abre el camino a lo mejor de la saga.
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