Muchas veces pensamos que el amor es ese sentimiento calentito que te reconforta y cuando leemos novelas románticas, esperamos que todo salga bien entre los protagonistas, que terminen juntos, que sean felices; pero esa no es la vida, muchas veces hay amores no correspondidos o amores desencontrados, muchas veces no parece amor, pero es profundo y doloroso. Esta última frase es precisamente la premisa de esta novela, chico quiere a chica y viceversa, pero por circunstancias de la vida y aunque el sentimiento es profundo como raíz de árbol, nunca llegan a encontrarse por completo. Para no caer en spoilers dejare de hablar de la trama y me centrare en los personajes, un buen par de ejemplares humanos, bastante humanos diría yo, con traumas y con ilusiones; me han gustado mucho porque podía meterme en su piel, sentir su confusión de primera mano, sufrir, pero al mismo tiempo amar, ver evolucionar a ambos ha sido realmente interesante, de hecho, hasta podría apostar a que siguen dando vueltas en la cabeza de la autora. Sin embargo, hay una pega, y es que, aunque la historia sea muy real, y los personajes muy humanos, deja una desazón en el corazón hacia el final, y aunque es entendible no termina de cuajar para mí. Por lo demás, la escritura decente, la trama común como la vida de cualquier hijo de vecino y los personajes, de esos que se quedan en los recuerdos por un buen tiempo. |