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Esta historia es real, dura, irónica, a ratos divertida y a ratos reflexiva. Por un lado tenemos a Marianne, una adolescente que vive sus días de instituto revelándose ante lo que la rodea, puesto que ni de coña se siente identificada con el resto de sus compañeros. Marianne huye de ellos, de sus hazañas, simplemente vive su mundo, en el que de vez en cuando habita Connell, uno de sus compañeros populares del instituto, deportista y querido, cuya madre trabaja limpiando la casa de la familia de Marianne, lo que desencadena encuentros fortuitos habituales. La historia que surge entre estos dos personajes no me ha gustado. Marianne no me ha gustado, no he congeniado con ella en ningún momento de la historia y eso ha hecho que a ratos la incomprendiese tanto como para llegar a odiarla. Pasé buena parte de la historia intentando acercarme a ella, buscando una luz en su interior. Lo que pasa es que Marianne es tan humana como otro cualquiera y sospecho que Sally la ha creado para eso, para ser, de alguna manera, odiada. Marianne y Connell son, simple y llanamente, personas en el abismo de la adolescencia, dos humanos enfrentados en una lucha constante sobre el amor, las inseguridades personales y la vida difícil. Igual a como surgiría una relación en la vida real, que en nada se parece a las películas. Eso es lo que me ha convencido de la historia, ese toque de realismo. La relectura ha sido muy interesante porque me he dado cuenta de muchas cosas que la primera vez saltaron a la vista, sobre todo para comprender mejor a Marianne. En definitiva, «Gente Normal» es una historia diferente a lo acostumbrado cuando dos personas se enamoran. Siempre lo recomendaría por su capacidad para generar opiniones tan dispares, y por ese arte de Sally para decirnos a través de dos personas que todo el mundo, con sus pros y sus contras, somos gente terriblemente normal. |
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