Conversaciones entre amigos

¿Conocéis esa sensación de cuando os quedáis con un libro en la mano sin saber por qué habéis decidido leerlo? Pues es o me ha pasado a mí con este libro. En agosto, en plena feria del libro, leí la portada, conocía a la autora por todo el éxtasis que provoca por estos lares, pero lo que no me esperaba es lo que me iba a encontrar. Antes de adentrarme en este libro, decidí leer Gente normal, y fue mi primer sí pero no, y llegué a Conversaciones entre amigos y me preocupación aumentó.

Conversaciones entre amigos es la historia de Frances, una universitaria que escribe poesía y que vive atormentada consigo misma sin saber muy bien el motivo. No sé si es que posee el síndrome de la impostora o que sus inseguridades le han transformado en una incógnita para sus adentros. Frances es amiga de Bobbi, su ex novia del instituto con la que nunca han cortado lazos. Un día conoces a Melissa, la típica adulta fabulosa que todos los recién estrenados adultos desean ser pero que en realidad no se imaginan lo que es su vida. Melissa está casada con Nick, un hombre que no sabe lo que quiere y se deja llevar ante las emociones y pensamientos de los demás. Sin saber porqué, la vida de estas cuatro personas se cruzan y empiezan las conversaciones y con ello surge el problema.

Sally Rooney escribe de una manera directa y simple, en sus libros nunca te encontrarás una narrativa poco asequible, quizás ese sea su punto más fuerte para triunfar. A la vez, siempre introduce personajes que se pueden considerar reales porque tienen enfermedades mentales como depresión, ansiedad, problemas de autoestima, traumas sin curar, etcétera.

¿Cuál es el problema de esta historia? al igual que Gente Normal, Sally romantiza lo que no debe. Que una persona te esconda, que una persona te use y te eche la culpa, que te manipule emocionalmente… Y es que siempre crea mujeres afligidas y personajes masculinos con muchas inseguridades que las pagan con los personajes femeninos. Por mucha realidad que haya en esos comportamientos, no podemos romantizar este libro, porque la relación romántica que sea crea no es que sea tóxica, es que es inaceptable.
Porque una persona esté mal, no podemos justificar todos sus comportamientos, eso es lo que hace que esa persona no pueda salir del bucle y poder crecer emocionalmente. Los personajes de Rooney nunca crecen emocionalmente siempre quedan estancados de principio a fin.

Entiendo el motivo del que cause sensación, pero no puedo dejar de decir que en el libro no sólo hay que leer la historia también hay que interpretarla y es dañino que nos hagan creer que hay que soportar todo de una persona porque tenga una depresión o ansiedad. No, no lo hay que hacer. Y tampoco debemos esperar un mensaje de texto mientras nos morimos por dentro y escuchamos una y otra vez como nos echan la culpa, eso se llama manipulación emocional. Uno de los maltratos más silenciosos y dolorosos que existen.

Con todo esto no quiero decir que nadie deba leer este o sus otros libros, simplemente que yo no pude disfrutar de la historia básicamente porque veía una reacción en bookstagram de «ojalá tener una relación así» y me estaba empezando a preocupar de que esa manera de relacionarse se considere romántica.

No dejéis de leer a Sally por una opinión, cada uno nos movemos entre nuestros gustos formando lazos de colores que crean la diversidad.
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