El club de los eternos 27

Crysta tenía sueños que se rompieron y ahora ya solo quiere escalar la montaña más alta y usar sus pinceles.
Julien va a descubrir que los sueños hechos realidad pueden venir acompañados de las pesadillas más crudas y que alejar a todos lo que quieres es la única manera de no arrastrarlos al fondo.
Jeremy, el chico de los abrazos tan fuertes que duelen, el que ve las cosas sin matices y da opiniones tan sinceras como sencillas.
Lucas quiere salir de su propio escondite y romper las cadenas que lo atan a un lugar en el que no se siente él mismo.

Un prólogo que atrapa y un epílogo que sostiene una historia que habla de distintos tipos de amor y que me ha resultado algo lenta en determinados momentos
La mayor parte del libro se me ha hecho pesada, me sobraban páginas en las que sentía que no ocurría nada, pero llega un punto en el que empieza a remontar y es gracias a los últimos capítulos y el epílogo cuando la historia se vuelve interesante de verdad y habría necesitado más páginas.
Para mí es mucho más que un amor romántico, porque durante todo el libro somos partícipes de ese amor fraternal y de esa amistad que tienen más peso que la parte romántica.
Y es que, sinceramente, creo que incluso podría haber resultado el mismo libro prescindiendo de la parte de amor romántico, porque si hay una historia y una relación que de verdad me haya interesado ha sido la de Julien y Jeremy.
Una narración lenta, descriptiva, reflexiva hasta el punto de perderse en monólogos que me hacían perder el hilo de muchas escenas.
Y sí, decidí leer este libro conociendo el estilo de la autora, buscando un drama de los que se te meten dentro y sabiendo el final, así que ninguno de esos factores me ha supuesto una influencia negativa. Simplemente me han sobrado páginas en muchos momentos y me han faltado cuando de verdad la historia me interesaba.

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