Rosa desteñido

Aun sin ser el género qué más me apasiona, Noelia Rodríguez ha conseguido sorprenderme muy gratamente con “Rosa desteñido”, una novela romántica que excede los clichés propios del género. Aunque es una novela relacionada con una obra anterior titulada “Las rubias también lloran”, se puede leer de manera completamente independiente, siendo la protagonista del libro que nos ocupa, un personaje secundario del anterior. Aunque la trama principal ya es bastante potente para acaparar la atención, reconozco que todas las subsidiarias que tienen que ver básicamente con el círculo de amistades de Roser, me han parecido igual de atractivas y que se entremezclan a la perfección.

Roser, una pintora bohemia que, desde Barcelona, se ha mudado a Londres, tiene su estudio donde puede dar rienda suelta a su creatividad, así como vender artículos relacionados con la pintura para costearse la vida en esta ciudad. También tiene una concepción muy prosaica sobre las relaciones y, especialmente, sobre el sexo (con nulas vinculaciones románticas al menos según la acepción más tradicional). Una noche de manera fortuita conoce a Adrián, un chico que consigue despertar en ella sentimientos contradictorios pero que, con su perseverancia y picardía, también dará paso a que se replantee algunas de sus convicciones.

En toda la primera parte del libro hay un misterio, como ese gran elefante rosa en la habitación, en torno a los dos protagonistas, algo que consiguió mantenerme en vilo y que, al destaparse, me pareció un dilema moral muy interesante sobre el cual reflexionar y que podría dar para un extenso debate. También es verdad que en ocasiones todo esto me ha conseguido generar mucha frustración, pero considero que este es un gran acierto de la escritora puesto que significa que realmente he llegado a conectar con el hilo romántico del libro. En este mismo sentido me ha gustado mucho no solo la evolución de los personajes, algo especialmente notorio en el caso de Roser, sino del propio libro que ha ido tomando profundidad a medida que avanzaba por las líneas de esta historia agridulce.

Otro punto a favor ha sido que las historias más “satélites” relacionadas con el círculo de la protagonista, me han parecido bastante originales y poco predecibles, cada una de ellas me ha mantenido enganchada a su evolución y esto no es algo que me suela ocurrir en los libros del género. Cabe señalar que el sexo tiene un papel muy relevante dentro de la obra, pero no como algo simplemente frívolo por expresarlo de alguna manera, sino por las diferentes implicaciones que tiene para cada uno de los personajes. Finalmente quisiera destacar no solo la importancia de las historias románticas y de sus diferentes desenlaces sino también de la propia amistad, un vínculo que está presente a lo largo de todo el libro y de una forma muy sana, al margen de las personalidades tan dispares que dibuja la autora.