Espejo roto

Espejo Roto de Mercè Rodoreda ha sido otra de mis lecturas de vacaciones. Mi primer contacto con Rodoreda fue gracias a “La plaza del diamante”. Una obra de arte. Desde entonces supe que quería seguir leyendo su obra y unos buenos amigos me regalaron Espejo Roto por cumpleaños.
Espejo Roto es la obra más ambiciosa de Rodoreda. No sabría decir si es la mejor, pero sí que he disfrutado mucho de su lectura. A lo largo de la historia conoceremos a los Valldaura, miembros de la burguesía catalana de principios del siglo XX. La historia, como acostumbra a hacer Rodoreda, está contada a través de la voz de una mujer. Y si hay un personaje al que debamos considerar protagonista esa es la joven Teresa Goday, que después de un breve matrimonio con el Sr. Rovira, contrae matrimonio con Salvador Valldaura, rico diplomático con el que tendrá una hija, Sofia. Tanto la vida de Teresa, como la de su hija y sus nietas sirven a Rodoreda para realizar un retrato de la época. Aunque se trata de una saga familiar, no es una saga familiar al uso. Se trata de una historia de secretos, de celos, mentiras y crueldad.
Es una novela cargada de simbolismo. La muerte, la decadencia familiar, la pérdida de las ilusiones o los sueños están representados a lo largo de la obra y Rodoreda utiliza un espejo para simbolizar el paso del tiempo.
Otro de los aspectos que me han gustado de la obra, como ya hizo en La plaza del diamante, es que Rodoreda consigue trasladarte de una manera muy especial a Barcelona. No solo al barrio de San Gervasi, donde está instalada la casa, sino a lugares emblemáticos como el paseo de Gracia o a La Boqueria.
Tiene momentos crueles y conmovedoramente dolorosos. Pero merece mucho la pena leerlo.