Parece que lo que siento ahora con la primera parte de 2666 es algo muy parecido a lo que sentí en su día con “Los detectives salvajes”, la cual terminé igualmente sin saber muy bien qué pensar. La novela me fue interesando y gustando por fragmentos, casualmente coincidiendo casi siempre con las voces femeninas. al final me pareció un conjunto de cuentos caóticamente enlazados que disfruté, incluso mucho, solo en contadas ocasiones. Con Amuleto, que bien pudiera haber formado parte de esta novela, no por nada Belano y Lacouture proceden de ella, estos detectives salvajes habrían llegado sin dificultad a unas cuatro estrellas muy bien servidas.
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