Viaje a Oxiana

Durante 1933 y 1934 el autor recorrió Persia (actual Irán) y Afganistán estudiando, fotografiando y dibujando la arquitectura civil, pero sobre todo religiosa, del Islam. Bajo la excusa de probar un sistema de motor a base de carbón en automóviles, que no se llevó a cabo, recorremos con Byron estos países, experimentando la dificultad para moverse por unos territorios que se disputaban entonces Inglaterra y la Unión Sovíetica.

El libro se estructura en torno a las peripecias del viaje en si y la descripción de los monumentos que el autor visita, pero la reflexión a la que lleva su lectura es que han pasado casi cien años y lejos de avanzar en democracia, tolerancia y convivencia lo que hemos hecho ha sido retroceder. Bien es verdad que las potencias que es ese momento controlaban los territorios no tenían absolutamente ningún interés en desarrollar economicamente la zona atendiendo a las necesidades de su población y abriendo las perspectivas vitales de ésta más allá del control absoluto de sus vidas por parte de los líderes musulmanes.

Como anécdota al autor visita los dos famosos budas de Bamiyan que fueron demolidos por los talibanes en 2001, y que la opinión que le merecen es profundamente negativa.

El libro es entretenido, en ocasiones excesivamente farragoso cuando el Robert Byron se explaya en explicarnos tal o cual mezquita, pero en definitiva un buen escaparate de como era la política colonial del silo XX y como viajaban los europeos por el mundo que, lejos de dejarse los prejuicios en casa, muchas veces se lo llevaban como un equipaje más. También es verdad, como se dice en el epílogo, que no dejaban de ser producto de su época.