La Reina de los Condenados

Lestat de Lioncourt, ese pequeño diablo que hace lo que se le antoja, parece que ha conseguido por fin uno de sus más anhelados sueños: darse a conocer al mundo. Pero todo acto tiene sus consecuencias y estas no son siempre buenas. Sin proponérselo, ha provocado algo que no esperaba y que ni siquiera él es capaz de comprender ni de dominar; algo de tal magnitud que podría poner en peligro a su especie y a todo el mundo.

Antes que nada, os tengo que decir que este libro es la secuela de Lestat el Vampiro, se podría considerar incluso como una bilogía dentro de la serie de Crónicas Vampíricas. Y es que, así como Entrevista con el Vampiro es autoconclusivo, Lestat el Vampiro no lo es y, de hecho, tiene un final abierto y todo se resuelve en La Reina de los Condenados. Por esa razón, la sinopsis que os proporciono es escueta, ya que si añado algo más temo revelar más de la cuenta y no me quiero arriesgar a ello.

El libro comienza con una especie de resumen de los sucesos pasados, contados por el propio Lestat, el cual los analiza y reflexiona sobre ellos. A partir de ahí, la trama se divide en dos focos de atención, que se desarrollan en su mayoría de forma paralela y que están interrelacionados entre sí. Uno de ellos se centra en Lestat, mientras que el otro nos relata las experiencias de otros vampiros, lo que les ocurre durante y tras "el momento clave" del anterior libro y nos va introduciendo poco a poco en la historia del origen de los vampiros.

La primera y la segunda parte, sin contar el resumen, están dedicadas a estos otros vampiros y hasta la tercera parte no vuelve a aparecer Lestat. He de reconocer que esto me descolocó un poco, pues yo esperaba que el libro empezara como una continuación directa, es decir, que el primer capítulo hablara ya de Lestat, pero no fue así. Además, cada capítulo trata sobre un vampiro distinto y es un poco confuso porque realmente no sabes hacía dónde desembocan todas estas historias; con lo cual, las primeras partes se me hicieron un poco lentas. PERO, llega un punto en el que la trama está tan bien construida, en el que ya comprendes lo que está ocurriendo, que sin darte cuenta el misterio que envuelve la novela te ha absorbido por completo y ya no puedes parar de leer; os aseguro que merece la pena la espera.

Asimismo, es una historia en la que todos y cada uno de los personajes aporta su granito de arena, en mayor o en menor medida, están muy bien construidos y tienen personalidades muy distintas; se nota cómo van evolucionando. En cuanto a las descripciones, es muy atmosférico, por lo tanto, es muy sencillo recrear en tu mente las imágenes tal cual las describe la autora.

Por otra parte, hay tres cosas que he de resaltar de este libro, las cuales me sorprendieron mucho. La primera es el salto en la narración, ya que las partes de Lestat están escritas en primera persona y las que no, en tercera. El caso es que la narración en tercera persona está tan adaptada a la personalidad de los personajes, a su manera de hablar, que esos cambios apenas se perciben (o por lo menos yo no los noté) y eso es algo muy complicado de conseguir.

En segundo lugar, están los diálogos y reflexiones filosóficas, e incluso políticas, que hay a lo largo del libro. En ellos se habla sobre la humanidad, sobre los cambios que se han producido en la historia universal, sobre la necesidad de las guerras y de la religión. Por lo tanto, son críticas al conjunto de la sociedad que te hacen pensar mucho y cuestionarte ciertos aspectos de la vida.

Y, por último, aunque no por ello menos importante, está esa unión, tan característica de esta serie, entre el mundo antiguo (el Egipto antiguo, las religiones paganas...) y las leyendas acerca de los vampiros. Esa explicación del origen de los vampiros es un giro que realmente no me esperaba y que me encantó.

Evidentemente, es un libro que recomiendo al 100% pues estoy segura de que no dejará indiferente a nadie y con el que disfrutas muchísimo.