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Este libro llego a mis manos a través de la plataforma Babelio y su Masa Crítica, y tengo que reconocer que, aunque la sinopsis tenía muy buena pinta, no he conseguido conectar con la historia. Creo que el principal problema es que el autor va muy en la línea de H. P. Lovecraft, un autor con el que no termino de conectar. El autor nos sitúa en Cádiz, año 1947 en la postguerra. En una ciudad que trata de salir de una época oscura, nos encontramos a nuestro principal protagonista, Enrique Artesón Cuero, profesor de pintura en la escuela de Artes y Oficios y que, en su tiempo libre se dedica a su verdadera vocación: en su vida privada se dedica a estudiar y recolectar objetos y leyendas gaditanas que se han ido perdiendo con el paso del tiempo. Otro protagonista, que al final será quien le acompañe en esta aventura, es uno de sus alumnos Eulogio. Por otro lado, también nos encontramos con Amalia una joven que esta ingresada en el Manicomio de Capuchinos tras intentar suicidarse. Y, aunque este es un personaje que al final adquiere un papel importante en la trama, poco o nada vamos a saber de ella. A lo largo de sus páginas, con una narración en tercera persona, iremos acompañando a nuestros protagonistas en un recorrido por los misterios de la ciudad hasta descubrir que en lo más profundo de ella habita un mal que la amenaza. También asistiremos a los experimentos realizados por el director del manicomio en el que esta internada Amalia, sesiones de espiritismo…. Pese a que no he consigo que la historia me enganchase porque creo que los personajes no llegan a tener la profundad necesaria para empatizar con ellos, tengo que reconocer la gran labor de documentación del autor por mostrarnos las historias y leyendas de la que es su ciudad natal, recopilando muchas de ellas, así como algunos sucesos que las complementan, y que sirven de base para el argumento principal de esta novela. De entre todos yo destacaría dos que para mí creo que son la base sobre la que se cimenta toda la línea argumental: el primero de ellos la sociedad espiritista, que existió realmente en Cádiz en el siglo XIX y que escribió un libro, prohibido por la Iglesia, que trataba de mostrar cómo realizar la comunicación con los espíritus de personas ya fallecidas. El otro hecho, también verídico, es la explosión acontecida, también en 1947 de un polvorín por la detonación de cargas de profundidad y minas submarinas en la que hubo una gran cantidad de muertos. Creo que el autor ha conseguido, con esta mezcla de ficción y realidad, despertar mi curiosidad como lector y hacer que investigase en internet sobre ello. Además de toda esta mezcla de fábulas, leyendas e historia, también hace alusiones a la mitología y dioses fenicios. Destacar también el uso, sobre todo en los diálogos, de expresiones típicas gaditanas del lenguaje de la calle y bastantes descripciones. Como puntos a favor: el glosario. al final del libro de esos términos y expresiones para que si no estás familiarizado, cosa que a mí me paso, puedas entender a qué se refiere. Y, los códigos QR con enlaces a reportajes reales de lo que se habla en la historia en ese momento, que hay intercalados en varias partes del libro. En definitiva, es un libro de aventuras con toques de misterio que seguro a los fans de Lovecraft les gustará. He leído también que es una precuela de la anterior novela del autor “La llave de los misterios”, pero al ser auto conclusivo se puede leer independientemente. |
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