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No hay palabras suficientes para describir lo mucho que me ha encantado este libro, el primero de la serie Whitestone Hospital. Su lectura ha sido una montaña rusa de emociones que Ava Reed transmite a la perfección a través de sus personajes, sobre todo de la protagonista: Laura Collins. Es una chica joven que va a empezar su residencia en el hospital Whitestone, en Phoenix. Tras largos años estudiando medicina no puede estar más emocionada de comenzar esta nueva etapa en su vida, que supone un trato más estrecho con los pacientes y el despegue profesional por el que ha luchado tantos años. Está contenta, pero también nerviosa. El lector acompaña a Laura en su nueva vida desde ese primer día de residencia y vive con ella situaciones significativas. Uno de ellos es el primer contacto con el hospital y con compañeros como Mich, Grant o Ian, quienes serán pilares muy importantes en su día a día para aliviar las duras cargas que deja el trabajo. Allí también conoce a Nash Brooks, jefe de cirugía. A pesar de que su primer encuentro resulta un poco tenso, es evidente la atracción que surge entre ellos desde el principio. No obstante, una relación personal entre ambos es complicada, puesto que podría considerarse como un interés por parte de ella para obtener privilegios y ascender profesionalmente. Aun así, luchar contra la pasión que sienten es difícil ¿Lo conseguirán? De esta manera, el concepto de amor imposible sumado a la cantidad de casos, algunos muy complicados, a los que los protagonistas se tienen que enfrentar hace que la historia sea mucho más emotiva, dramática e intensa. El objetivo de los médicos es salvar vidas, pero esto no siempre es posible y genera en ellos dolor, agonía o frustración. Precisamente, en relación a los casos clínicos que se relatan en la historia, se percibe que la autora está muy informada sobre el ámbito de la medicina, puesto que hace descripciones detalladas de historiales clínicos, informes de pacientes o formas de proceder. Asimismo, utiliza bastante argot profesional y tecnicismos, pero sin abusar, y siempre asegurándose que los lectores entiendan su significado. En cuanto a los personajes estos están muy bien perfilados. Laura es una joven promesa de la medicina, entusiasta, alegre, valiente, leal y generosa. Nash es un hombre muy meticuloso y ello le lleva a tener un carácter serio. También es bastante cabezota, lo que me ha desesperado en varias ocasiones. No cree demasiado en las relaciones amorosas entre compañeros de trabajo, ya que ha sido testigo de cómo muchas de ellas han fracasado. Por ello, se resiste a dejar fluir lo que siente por Laura, pero lo cierto es que le gusta y le atrae desde el principio, aunque eso le contraríe a él. A pesar de su carácter reservado y seco tiene un corazón de oro, es respetuoso, buen compañero y generoso. Como personaje secundario destaca Ian, quien otorga el toque cómico a la historia. Es un mujeriego que intenta ligar con todas y un bromista de cuidado. Su carácter choca con el de Nash y ello hace que tengan enfrentamientos muy divertidos. A Ian le encanta sacar de quicio a Nash y él cae en su juego con mucha facilidad. Cabe mencionar que la narración es ágil y se lleva a cabo en primera persona desde las dos voces protagonistas: Laura y Nash. de esta manera es más sencillo conocer mejor a los personajes y empatizar con ellos. En conclusión, es un libro perfectamente ambientado en el ámbito hospitalario, entretenido, que mezcla romance, drama y toques cómicos con personajes bien definidos que recomiendo sin lugar a dudas. |
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