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En esta primera parte, nos encontramos con una protagonista que sabemos dará mucho juego durante toda la trilogía. Amaia Salazar, policía foral, es fuerte, con mucha intuición y un sexto sentido para detectar el mal. Pero también es frágil y está atormentada por un hecho de su infancia (¡normal, después de lo que le pasó!). Una dualidad que será fundamental para resolver el caso que nos ocupa ¿Cuál es el caso? En el pueblo de Elizondo están apareciendo los cuerpos de chicas jóvenes, apenas adolescentes, con la ropa pulcramente rasgada dejando el cuerpo a la intemperie, con un dulce en el pubis y colocadas cual Bellas Durmientes, y cerca del cadáver, sus zapatos alineados como señal de que cerca está el cadáver de su dueña. Una novela bien escrita y ambienta donde los seres mitológicos propios de la zona y la realidad (la más dura realidad) se funden a la perfección haciendo que el lector se sumerja en la historia desde el primer momento |
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