 |
Florence vive en un pequeño pueblo costero inglés. Trabajaba en una fábrica pero se estaba haciendo mayor y decidió comprar una casa vieja en el centro del pueblo y montar una librería. Desde el primer momento en el que mostró interés en el inmueble, no dejaron de molestarla, sobre todo Violet Gamard. La casa llevaba abandonada años, no estaba en demasiado buen estado y traía a mayores cierto inquilino algo molesto. En cuanto Florence se mudó, la señora Gamard se dedicó a hacerle la vida imposible, esta quería esa casa para montar un espacio para el arte. Así que la repelente señora que no se había salido con la suya pero que por su puesto de trabajo y el de su marido tenía muchos contactos busca y rebusca la mejor forma de destruir esa librería. Pero no solo es eso, es que Florence no es amante de los libros, montó una librería como podría haber sido cualquier otro establecimiento del que el pueblo careciese. Cosas de pueblo costero, a finales de los años cincuenta con todo lo que ello significa. Sorprende más lo que sucede, al leer un extra que trae el libro escrito por el yerno de la autora en el que explica que la novela tiene tintes autobiográficos. La novela tiene sus puntos interesantes, pero es muy dificil llegar a comprender a los personajes, también cuesta un poco leerlo porque está narrada de una manera lenta que puede llegar a saturar con facilidad, sobre todo cuando estas acostumbrado a otro ritmo de lectura. Es un libro pequeño pero que tardas bastante en leer. En definitiva, este es un libro sobre un pueblo pequeño en el que se ve como le ponen trabas a una mujer por montar una librería cuando alguien con más poder no sale satisfecho con su capricho. Y por ese lado ofende e irritan algunas cosas que pasan. Lo mejor el rapper, que existe o existió de verdad. |
>
