Una estela salvaje

En apenas 6 meses la autora conoce a la persona con la que se va a casar y pierde a su padre. Encuentro y perdida son los cimientos sobre los que construye Kathryn Schulz un libro emocional. "Encuentro", "pérdida", y la conjunción "y" forman los tres capítulos del libro. "Y" porque la vida son constantes íes formando una cadena infinita. 

La obra toma forma autobiográfica, lo cual es un riesgo a mi entender porque siempre puede haber quien no conecte con ella. Más teniendo en cuenta que la autora procede de una familia acomodada, culta, educada y a la que no le supone ningún problema económico cambiar de casa cuando se le antoja. Pero Schulz no intenta nunca esconder esta situación de privilegio debajo de una capa de victimismo. En todos momento reconoce su posición. Desde ahí construye un relato (ensayo, más bien) sensible, emocionante y profundo en el que todos nos podemos reconocer. Fatalismo y esperanza, agradecimiento y rabia, felicidad y pesar. al final, una aceptación serena de que, tal como narra el cuento oriental, la vida son las moras maduras que colman nuestra sed y que nada podemos hacer por espantar al tigre que nos espera. Una larga reflexión acerca de las contradicciones de la vida, de la profunda desazón que nos provoca saber que todo es finito y que por tanto es preciso dotar de sentido a esta breve estancia en el mundo. Un sentido que se encuentra, por supuesto, en el amor pero que sobre todo ha de ser construido por nosotros a través de las las infinitas "Y" que tenemos que ir colocando a lo largo de nuestra vida.