Escucha, hermosa Márcia

A este cómic le preceden las buenas reseñas, desde algunas que he ido leyendo en internet hasta el premio al Mejor álbum del año en el Festival de Angouleme que se le otorgó en la pasada edición de 2022.

Esta obra nos sitúa en la periferia de Río de Janeiro, donde vive Márcia junto a su hija Jaqueline y su novio Aluísio. Márcia trabaja como enfermera y es muy querida por sus pacientes por su buen carácter, pero hay una persona que consigue sacarle de sus casillas y es su hija. Jaqueline es una tarambana de tomo y lomo, la típica nini mal encarada que se ha metido en negocios turbios como la prostitución o el tráfico de drogas, no se sabe si por sus circunstancias o porque es una rebelde sin causa que quiere destrozarle la vida a su madre. Por suerte, Márcia cuenta con Aluísio de su parte, que tiene la paciencia de un bendito con la situación.

Entre las malas compañías de Jaqueline se encuentra Tigela, un joven famoso en las favelas por sus negocios turbios. A pesar de que Márcia fue la comadrona en el parto del hijo de Tigela, él se atreve a ponerla en situaciones complicadas en el trabajo y en la calle. Aluísio, tratando de ayudar, se encuentra con Jaqueline para intentar que entre en razón, pero ella manda a unos matones para que le den una paliza. Por suerte, antes de que esto pase, él consigue esconder el móvil de Jaqueline. Cuando Márcia se entera de que han detenido a su hija por un robo en el que también estaban implicados muchos de los mafiosos del barrio, ella usará el móvil para denunciarles.

Tras la denuncia, Márcia se separará de Aluísio para evitar que le hagan más daño y ella sufrirá en sus carnes la venganza de los implicados en el robo. Jaqueline acabará en la cárcel y Márcia intentará visitarla una y otra vez a pesar de la negativa de ella en recibir visitas. Por suerte el final deja entrar cierto halo de esperanza, aunque todo depende del ojo con el que se mire.

El cómic me ha sorprendido muy gratamente, por un lado por conocer historias que vienen de otros países y, por otro, porque el personaje de Márcia tiene una fuerza tremenda. Su obstinación y fortaleza la convierten en una auténtica heroína que se desvive por aquellos que la rodean, cueste lo que cueste. También me ha gustado que no haya una moralina encubierta en la obra, su autor se limita a contar una situación que, lamentablemente, debe ser común en Brasil, y son los lectores los que han de sacar sus propias conclusiones al respecto.