No me gusta la película de Cenicienta de Disney. Pero amo la historia de la Cenicienta. Y cada vez confirmo más que amo sus retellings. Y Amo esta serie cada día más. No me hagan elegir entre un hermano porque no se puede. Amé a Benedict desde el principio, su sensibilidad, romanticismo y ternura colocándolo en un puesto de privilegio entre mis book boyfriends. Y Sophie, como toda Cenicienta, me dio ganas de llorar y salir a matar madrastras, y su fuerza, dignidad y autonomía me resultaron inspiradoras. Todo empieza en un baile de máscaras al que Sophie va de incógnita y del que escapa a medianoche sin revelar su identidad, donde conecta a un nivel emocional y hasta espiritual con Benedict. Y continúa dos años después con un encuentro fortuito entre Benedict y Sophie, la sirvienta, a la que no reconoce como la misteriosa dama que le robó el corazón, pero por la que siente una atracción inesperada. Fue hermoso. Sufrido y frustrante, pero hermoso. Como todo buen retelling de Cenicienta debe ser. |