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Crítica de erick_ascencio


erick_ascencio
11 December 2022
Ya había leído con anterioridad a Julia Quinn con los famosos Bridgerton (al menos el primero, jsjs) y descubrí que su forma de escribir es muy amigable y sencilla, así que cuando vi la oportunidad de leer otro libro de ella no lo dudé y aquí estamos.

Sarah Pleinsworth no es una persona que se enoje o enemiste fácilmente, pero cuando se trata de Hugh, el canalla que le disparó a su primo y por el cual Daniel tuvo que estar fuera de Londres por más de tres años, no hay nada que pueda hacer, sus límites quedan superados.
Hugh Prentince no se lamenta nada en la vida, excepto aquella noche de copas que terminó en un duelo con Daniel Smyhte, donde resultó lesionado de por vida y con un amigo amenazado a muerte por su padre. En su afán de resolver las cosas, varios años más tarde, Hugh acepta ir a las bodas de los Smythe-Smith, incluida la del mismo Daniel.
Durante las dos semanas de bodas, Sarah y Hugh tendrán que convivir y soportarse el uno al otro, porque nada es más importante que las bodas Smythe-Smith se cumplan sin contratiempos y aparentar que la riña entre Hugh y Daniel es cosa del pasado. Pero tanto tiempo juntos no es una buena señal, Sarah y Hugh descubren que no solo albergan sentimientos de odio el uno por el otro, quizás este podría ser el inicio de algo que ni ellos puedan controlar.

Creo que los libros de romance de Quinn tienen un objetivo claro: darnos un romance a pesar de todos los obstáculos que puedan presentarse, incluso el resentimiento entre personajes. Y eso nos ofrece este libro, un romance que pasa del odio al amor (porque solo hay un paso entre uno y otro :p) y que es posible que se desarrolle debido a una serie de casualidades (des)afortunadas.

Empecemos por lo que vende, el romance y su evolución. Sarah odia a Hugh porque debido a su duelo fallido y la persecución subsecuente de su primo tuvo que perderse su primer temporada social, en la que se comprometieron catorce parejas y ella pudo haber estado entre ellas; de eso ya pasaron tres temporadas y sigue soltera... o sea que tiene un coraje acumulado de tres años y obviamente alguien más que no sea ella tiene que tener la culpa (de risa, lo sé, pero así es Sarah). Hugh simplemente desarrolló un rechazo al odio infundado de Sarah, ya que la reputación de los Smythe-Smith ha sido reparada. La evolución viene en las bodas Smythe-Smith, cuando Sarah se ve forzada a convivir la mayor parte del tiempo con Hugh, esto con el fin de demostrar que Hugh es un invitado valioso a los eventos y dejar claro que las enemistades son cosa del pasado. Durante el tiempo que pasan juntos, Sarah se da cuenta que su odio quizá fue muy lejos y que la ha hecho perderse lo que los demás, en especial Hugh, tienen que ofrecer; en Hugh encuentra una mano amiga de una persona que esconde mucho dolor y que intenta brindar su mejor cara a los demás; en el mismo tiempo Hugh se da cuenta que Sarah es la persona infantil que conoció meses atrás, pero también es una persona que tiene muchas cualidades positivas que se esconden en su exagerada personalidad y que tienen que ser descubiertas poco a poco.

Tengo que admitir que el romance no me convenció en lo más mínimo, su evolución me pareció poco creíble y la serie inusual de acontecimientos que los obligaron a convivir y tener tiempos a solas me pareció forzada... de hecho me divirtió que incluso Sarah pensó que intentaban hacer de casamentara entre ellos. Los genuinos momentos de honestidad y transparencia entre ellos no me robaron ningún suspiro, pero en su favor mencionaré que todo es muy SANO, en ningún momento se presentan conductas tóxicas entre ellos y se hace énfasis en la importancia del consentimiento.

Hugh es un personaje que me gustó mucho porque tiene un trasfondo familiar muy fuerte, es algo que ha moldeado su carácter y forma de ser, haciéndolo una persona solitaria, retraída e inclusive llega a ser huraño, pero sabe lo que es ser una buena persona y eso siempre lo tiene presente. A pesar de ser el hijo menor, en él recae el peso de tener herederos para mantener el título en la familia, ya que su hermano mayor no tiene planes de casarse ni de tener hijos y Hugh está dispuesto a tener las expectativas (de su padre, porque nadie más espera eso de él) puestas en él con tal de que su hermano pueda ser él mismo. Uno de los aspectos más interesantes de él es que lo conocemos después del duelo y con una lesión permanente, tiene que usar bastón para caminar y no puede realizar las actividades que son esperadas de un joven de su edad (cazar, montar, cargar a una señorita, etc), así que lo vemos luchar con esa frustración que se mezcla con decepción, tristeza y mucho autocompadecimiento.

Sarah, por el contrario, me pareció un personaje algo soso, plano, vacío y que solo está para cumplir la función de ser el interés romántico de la historia. de ella casi no tenemos su historia porque no tiene un trasfondo como tal, solo se nos presenta como la mayor de los Pleinsworth, la que forma parte del desastroso cuarteto Smythe-Smith (sinónimo de ser solterona) y que está desesperada por salir de él, porque su mayor propósito en la vida es casarse con alguien. Realmente no aspira a más, no tiene sueños ni pasiones, simplemente es una dama en busca de marido (aburrida).

Lo que más me gustó fueron las dinámicas familiares sanas que se nos regalan. Por el lado de las Pleinsworth son cuatro hermanas, tres de ellas aún no están en edad de preocuparse por los bailes y eventos sociales, así que vemos a tres niñas desinhibidas, juguetonas, que solo buscan divertirse y de las que amé la forma en la que se llevan, lo confidentes que son y que, sin importar qué, se apoyan entre ellas. Por parte de los Prentince solo me referiré a los hermanos y me conmovió muchísimo la forma en la que Hugh protege a su hermano, en una especie de pago por lo que hizo por él cuando eran niños y amé que, a pesar de no ver mucha interacción entre ellos, se nota la confianza que hay entre ellos. Y lo que me faltó conocer fue la dinámica Smythe-Smith, en este tercer libro hacen muy pocas apariciones las (ex)integrantes del cuarteto musical, pero las pocas que hizo Iris (protagonista del próximo libro) fueron hilarantes y refrescantes. Me parece que Quinn se especializa en darnos dinámicas familiares modelos, lo hace de manera magistral y en ningún momento esto se siente forzado, de hecho, hace que la historia se sienta fresca y divertida.

En resumen, La suma de todos los besos, es un romance con una evolución poco creíble y que no logra robar ni un solo suspiro ya que tiene una protagonista muy simple y, en ocasiones, boba, pero que cuenta con un protagonista masculino que es todo lo contrario, con una historia de fondo bien construida, y por quien vale la pena el libro.
Enlace: http://laspaginasdeerick.blo..
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