El salón de Wurtemberg

Es el libro que consagró a este autor francés, considerado como un autor cumbre de la literatura francesa contemporánea. Sus temas se repiten, los textos son fragmentados, lo que descoloca al lector.
Los temas tornan alrededor de la muerte, la lectura, el silencio, los lugares, la música, la sexualidad, con un fondo de estado depresivo.

Este libro, presentado como una novela, se trata de un relato que conlleva mucha auto ficción. Es la vida de Charles Chenogne, alias Karl, entre 1963 y 1986. Charles nació en Alemania en un círculo 100% francés de huguenotes instalados en el Wurtemberg.
El narrador cuenta su vida de manera fragmentada en un flujo de conciencia, con muchas digresiones sobre música, literatura, historia, filosofía.
La escritura es de un gran « preciosismo », rica en detalles con un narrador melancólico, depresivo, nunca conforme con su vida, siempre entre dos rupturas. Un ser bastante nietzcheano.

Su vida comienza en Alemania y su madre abandona tempranamente a la familia para seguir a otro hombre. Charles nunca se sentirá una persona cumplida, siempre buscará la soledad y al mismo tiempo la compañía de otros, sin poder atarse a las personas ni a las cosas, como si estuviese en permanencia en búsqueda del paraíso perdido.

Fue una lectura difícil que necesita concentración y hasta relectura de algunos pasajes para no perder el hilo.
Muchas veces estuve tentada de abandonar, pero seguí leyendo porque en el fondo hay mucha reflexión interesante, con una escritura especial, rebuscada y al mismo tiempo a saltos de mata, lo que sorprende.
Y después de tanto esfuerzo, el consuelo de poder entender algo mejor el estilo y la manera de este singular escritor.
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