Aguamala es una novela con una historia curiosa. La primera edición gozó de gran éxito cuando se publicó en 1977, editada por Italo Calvino. Sin embargo, su autor se negó a que fuera reeditada hasta su muerte, por lo que no fue impresa de nuevo hasta el 2013. Es una novela muy corta, narrada como un monólogo interior desde la perspectiva de varios personajes. Algunos puntos de vista son un poco más significativos, como el de Carlo Andreoli, un periodista que puede ser entendido como un álter ego de Pugliese. En otros apenas nos detenemos un par de páginas. Pero, en su conjunto, conforman una conciencia coral que ayuda a ver Nápoles desde un prisma polifacético. Porque la ciudad es una parte fundamental de la novela, un personaje en sí mismo: se nos presenta como un lugar único, casi maldito, marcado por sucesos fantásticos y al que la vida de los personajes está íntimamente ligada. La historia se centra, como ya adelanta el título, en cuatro días consecutivos de fuertes lluvias que alteran por completo la normalidad de la ciudad. Además de producir desgracias como derrumbes y socavones que se cobran vidas humanas, el diluvio constante parece augurar la llegada de algo extraordinario, un suceso trascendental que alterará para siempre el curso de los acontecimientos. La novela se mueve entre el suspense y el drama costumbrista, y tiene además un toque fantástico, casi diría que de terror. Esta inquietud que permea toda la obra se manifiesta en varios hechos sobrenaturales: la misteriosa aparición de muñecas en los escenarios de las tragedias, una inaudita subida del mar que parece tener voluntad propia, o un fenómeno inexplicable por el que las monedas de cinco liras empiezan a emitir música. Y aquí viene mi principal crítica a la novela, así como un gran espóiler: ninguno de estos misterios, augurios o presentimientos va a ninguna parte. El autor no proporciona ninguna explicación a las incógnitas que introduce, y tampoco llegan a adquirir un sentido claro. Más allá de contribuir a construir un sentimiento de expectación, todas las tramas se quedan en cabos sueltos. Aunque creo que en parte esta era la intención del autor, retratar el espíritu providencialista que mantiene a la ciudad congelada: a los poderosos preocupados de eludir responsabilidades, a la clase obrera a la espera de una salvación que no llega. Recibí este libro a través de una edición de Masa Crítica. ¡Muchas gracias a Babelio y a la Editorial Acantilado por contar conmigo! Enlace: http://nextlibris.es/aguamala/ + Leer más |