La camarera

Molly Maid es distinta al resto, una protagonista única que nos llevará por un delicioso camino de injusticias, de apariencias, de engaños y de perspectivas.

El inicio me resultó algo difuso y reconozco que sobre las cien páginas no sabía si me gustaría o si no. Conforme avancé en la lectura, las dudas se disiparon y ya sabía que sería una historia que me sacaría una sonrisa al final. Tiene un ritmo pausado, pero consigue entretenerte y que quieras resolver el misterio que enturbia la vida de Molly. La novela tiene un vocabulario actual y a la vez rico, lo que agiliza su lectura.

Es muy importante saber que esta novela está dentro del cozy mistery o cozy crime, un subgénero dónde existen crímenes, delitos e investigación, pero más suave, sin menos escenas escandalosas, y más acogedor. Es un género ideal para los que les guste el misterio, sin sobresaltos, sin sangre y sin violencia, con protagonistas más acercadas a la realidad en vez de detectives o inspectores con traumas y pasados turbios. El libro tiene todo lo bueno de este subgénero, pero debes saber que no tiene grandes giros, ni velocidad de ferrari, ni sí quiera un rastro del género más negro. Un final siempre feliz.

Dentro de la trama principal, la novela tiene un debate social bastante activo en la sociedad, para saber cuál es deberás leerla. No solamente entretiene sino que te hace replantearte algunas cosas y eso me agrada.

Para mí es una novela recomendada, te deja una bonita sensación final y una acogedora bondad.