Buenos presagios

Esperaba fuegos artificiales y he obtenido el chasquido de un fósforo.
Decir que me he quedado decepcionada es poco. Sí, me ha encantado el sarcasmo, la ironía, la crítica nada sutil a la sociedad actual. No ha sido una lectura aburrida, por partes incluso me he reído. No obstante, estoy un poco indignada por los aplausos que obtiene la historia y que no son merecidos. Técnicamente, le faltan todos los elementos de una historia bien hilada. El argumento es antiguo como el mismo Crowley, la trama no tiene giros, los personajes son más planos que una mesa de planchar (sospecho que algunos incluso se han perdido por el camino porque no hay elementos que podrían unir a los del principio con los que aparecen al final). ¡Y el final…! Gran decepción.
Leer esta historia es coger una carretera recta y seguir caminando con la ilusión de encontrarte con un paisaje magnifico para que te enteres que era una calle sin salida, sin señalar.