Él trataba de hacer desgraciados sus breves vidas porque era su trabajo, pero no podía imaginar nada peor, ni de lejos, que lo que ellos mismos inventaban.
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Él trataba de hacer desgraciados sus breves vidas porque era su trabajo, pero no podía imaginar nada peor, ni de lejos, que lo que ellos mismos inventaban.
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Contrariamente a la opinión generalizada, las alas de los demonios son iguales que las de los ángeles, sólo que más arregladas, normalmente.
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Los coches, en teoría, son un medio de transporte increíblemente rápido para ir de un sitio a otro. Los atascos, por otra parte, son una oportunidad increíble de estarse parado.
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No piense en ello como morir, dijo Muerte, sino tan sólo en cómo irse temprano para evitar el atasco.
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Mucha gente, al conocer a Azirafel, se llevaba tres impresiones: que era inglés, que era inteligente y que perdía más aceite que un coche de tercera mano.
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Veintisiete personas se levantaron una detrás de otra y fueron levantando a otras cincuenta y tres más, porque si hay algo que un hombre necesite saber cuando le despierta alguien presa del pánico a las cuatro de la mañana es que no es el único.
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Los gatos, pensaba Perro, eran mucho más duros que las almas perdidas.
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El Infierno no era ningún gran depósito de mal, no más de lo que, según Crowley, el Cielo era una fuente de bien; eran sólo bandos en una gran partida cósmica de ajedrez.
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Lo que separaba aquella voz de la contabilidad colegiada era una cuestión de tiempo.
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No se podía ser verdaderamente santo si no se tenía la oportunidad de ser rotundamente malvado.
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¿Qué criaturas mágicas podemos encontrar en Gringotts, el banco de magos?