Por este libro he aparcado las metas del resto de lecturas conjuntas a las que estoy apuntado porque en cuanto puse un pie en la Roma del año 192 d.C. me ha sido imposible abrir otro libro. Un mujer fuerte, inteligente y carismática como Julia Domna fue injustamente “olvidada” en los libros de historia y Santiago Posteguillo le otorga un merecidísimo protagonismo en esta maravillosa novela. Que no os asusten ni el número de personajes ni sus nombres porque la ambientación es magnífica y la tensión narrativa se mantiene arriba en todo momento. La estructura de la novela dividida en cinco partes dedicadas a los cinco grandes enemigos de Julia me ha parecido un acierto y se agradece que la reconstrucción de los hechos que se narran en ella sea tan fiel a lo que realmente sucedió. Muy recomendable para las amantes de la novela HISTÓRICA (así, con mayúsculas) y también para aquellos que disfruten leyendo sobre conspiraciones, traiciones, alianzas y asesinatos motivados por la ambición de poder y por esa fuerza universal capaz de todo: el amor. Leeré la segunda parte Y Julia retó a los dioses porque Yo, Julia me ha encantado. Mientras tanto, coloco a Posteguillo el púrpura imperial e imaginando que nos encontramos en el Anfiteatro Flavio le aclamo puesto en pie: “¡Imperator, Imperator, Imperator!” |