La mala costumbre

Una lectura que me ha dejado sin palabras, la he terminado y no podía ni decir, ni escribir nada, sólo conmoverme y sentir. Ahora, después de un día de haber cerrado el libro, he vuelto a él pata reseñarlo. Porque es una obra desgarradora, sí, pero también deslumbrante, emocionante y admirable.

Es la primera novela de la autora y nos estremece, tanto por su contenido como por la poeticidad en la que nos sumerge.

Una obra para mostrarnos, desde una primera persona, la adolescencia y la juventud de un yo atrapado en un cuerpo que no reconoce pero con el que sobrevive intentando comprenderse, en un mundo lleno de violencia y en un barrio de Madrid, San Blas, arrasado por las drogas, las muertes, la pobreza y la clandestinidad.

Años ochenta y noventa en los que encontramos además toda la rabia hacia un sistema que no acepta a los diferentes. Es el ayer pero podría ser perfectamente el hoy, porque en este aspecto, no entender y aceptar a los diferentes, seguimos viviendo ahora. Es terrible y desgarrador.

La protagonista y narradora de este universo es una niña primero, después una adolescente y una joven en una clase obrera de un barrio de Madrid bastante marginal en el momento en el que ella lo habita, que además, está atrapada en un cuerpo y unos sentimientos que le cuesta comprender y comprenderse.

Deberá realizar un largo recorrido, lleno de impedimentos, de ocultamientos, resentimientos y crudeza para llegar a la superación de cada una de las trabas que la rozan en cada paso que da, en cada intento de alcanzar su libertad, hasta conseguir superar la violencia que siempre ha estado tan presente.

Realmente conmovedora, es la historia y el aprendizaje de una mujer trans, y primero, asistimos a la vida de una niña que tiene el nombre de Alejandro, algo que ya no le es propio, para ir muy poco a poco sorteando todos los impedimentos, también la culpa y hasta la enfermedad y el autodesprecio, hasta legar a la aceptación de su identidad.

Un camino difícil, duro, muy duro por inaceptado, por ser despreciado, por ser incomprendido, pero será por el que caminaremos junto a la protagonista que nos hará remover nuestros sentimientos y llorar hasta la liberación final y al reconocimiento de su identidad.

Y además aparecen importantes retratos de personajes en torno a nuestra protagonista que nos dejarán sn aliento, pues ahí tenemos en el
Barrio de San Blas a Margarita , una querida mujer con la que llegaremos a un final que nos dejará absolutamente impresionados.

También recorreremos con las prostitutas trans de los alrededores de los cines , como es la extraordinaria Peluca, ahora ya una caricatura amarga y burlada. las noches de Madrid, o los padres de la protagonista, que la entenderán sin palabras, al hermano que siempre la protegía , incluso a Jay, que fue su primer amor y con él conocerá la seducción y la dicha, además del barrio de Chueca.

Veremos , eso sí, con dolor, esa mala costumbre donde los transexuales tienen que sobrevivir a toda clase de humillaciones, palizas y vejaciones que incluso les cuesta la vida, y en realidad nos adentraremos en intensas reflexiones sobre el modo de vivir y sufrir que soportan los que son diferentes y llevan la vida marcada en la cara.

La vida y la literatura también se unen en este excelente libro que además es un alegato para comprender y aceptar quienes somos realmente.

Extraordinaria forma de narrar, buena prosa que nos lleva a la poesía y nos seduce y emociona.

Un testimonio de una doble vida motivada por las expectativas sociales y el temor de las represalias que nuestra protagonista vive, aunque tiene que liquidar, y de qué manera lo hace.

Una obra para ponerse a leer, no hace falta decir nada más, aunque yo lo haya hecho.

Increíble, inteligente, conmovedora, magnífica y honesta. Hay que leerla, insisto.

Sorprendente, impecable, cruda, dura y bella.