¿Qué haces después de leer la carta de amor más romántica (o la única carta de amor, si somos sinceros) que has recibido en tu vida? Me acerqué a la cama, me senté sobre el alto colchón y me acomodé junto al cuerpo de Vincent. Toqué su rostro frío con mi mano cálida, le acaricié el pelo con los dedos y, entonces, me eché a llorar. Lloré por haber perdido mi vida anterior; por los días en que podía levantarme en mi habitación de Brooklyn, bajar las escaleras y ver a mis padres esperándome, sentados a la mesa del desayuno. Lloré porque nunca volvería a verles y mi vida nunca sería igual. |