—Kate, tengo que admitir que no nos encontramos en una situación enteramente normal, pero… ¿eres siempre así de complicada? —preguntó. Abrí la boca para replicar, pero él sacudió la cabeza con una sonrisa traviesa—. Mejor que no contestes. Por supuesto que eres siempre complicada. No me gustarías tanto si no lo fueras.
|