La prosa de Pizarnik se integra en un corpus poético muy especifico. Sin embargo, alguno de los escritos aquí reunidos son más bien experimentales y cortados, más que destinados a su publicación. Los relatos cortos son escritos de un modo que pueden ser una introducción a la obra de Pizarnik. En la condesa sangrienta, por ejemplo, se esboza una pequeña novela poética donde la realidad y la ficción desdibujan sus fronteras para alcanzar el fondo más oscuro de lo humano: la perversión y la libertad; la muerte y la melancolía; la vida y sus límites; el gozo y la violencia. Por otro lado, el lector se encontrará con una serie de textos de ensayo donde Pizarnik muestra su gran conocimiento de la literatura actual y universal. Con al revisión de Artaud, Cortazar, Paz, Bonnefoy y hasta Simone de Beauvoir, Pizarnik nos dibuja a través de su palabra una época cargada de escritores tan variados y diferentes que, finalmente, son máscaras del lenguaje que época tras época se renueva y renace de su propia historia: la vida humana y su hacer en el mundo. |