Erzsébet Báthory, perteneciente de una de las familias más poderosas de Hungría, asesinó a más de 650 muchachas allá por el siglo XVI. Emblema del mal absoluto, con el fin de echar un pulso al paso del tiempo y permanecer joven y bella eternamente se buscó su propia fórmula mágica: bañarse en sangre de jóvenes vírgenes, lo que dio paso al nombre por el que la conocemos: La Condesa Sangrienta. Su sadismo, perversión sexual y la obsesión que tenía con la belleza, la llevó a cometer estos atroces crímenes que vislumbran los límites últimos del horror. Este libro, más bien relato, recoge las torturas más perversas que la Condesa llevó a cabo: La virgen de hierro, muerte por agua helada, la jaula mortal, atizadores ardiendo, cuchillos y sangre, mucha sangre. El horror de la muerte hace un contraste bestial con la bella prosa de Alejandra Pizarnik que elabora un maravilloso retrato perturbador del sadismo y la locura. A estos versos lo acompañan las magníficas ilustraciones de Santiago Caruso, que terminan de dar el toque mágico a la narración. Esta edición me ha parecido una auténtica maravilla. Si bien es cierto que la información es bastante escasa, la narración muy breve y que se limita solo a la parte más sádica, es un complemento fantástico para conocer el horror y el tormento que rodeaba a la condesa en los recónditos muros de su castillo. Yo lo recomiendo mucho a personas no demasiado sensibles. A mí me ha encantado. |