 |
Quien no se ha mirado al espejo y encontrado un desconocido. Quien no se ha mirado en el espejo y ha tardado en reconocerse. Quien no se ha mirado al espejo y ha visto lo que le hubiese gustado quedase escondido. Quien no ha oteado al espejo y solo ha visto el recuerdo subrepticio de lo que nunca fue Quien no se ha negado a verse en el espejo por temor a ver lo que ya sabe que encontrara, Quien no ha pensado que el espejo le muestra una realidad que no existe. Y de la que es mejor olvidarse. Eso es lo que otorga una familiaridad tan provocativa a estos relatos, lo que entrega la idea de haberlo visto, leído, escuchado antes. La cotidianeidad, ligeramente sublimada en una serie de relatos que, tal como acontece con un pan con malos cálculos en su preparación no llega a “ subir” suficientemente, Si bien todos muestran esa sensación de disconfort , por el trato tortuoso, por los finales incómodos( de la manera que se desee) Piñeiro me sabe bien, aunque me sabe a poco en la mayoría de estos cuentos de los cuales, al menos 3 ya había leído en otras antologías, con la misma sensación de turbación, tanto por los relatos como por lo inacabado( para mi gusto de los mismos. ( “dos valijas”, “ basura para las gallinas” “ ojos azules” Igual le otorgó una buena puntuación porque Piñeiro siempre será Piñeiro… Y no son piñas . |
>
