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Rita, la hija de Elena, ha aparecido muerta colgada en el campanario de la iglesia a la que va. Todo indica un suicidio, pero Elena no lo cree, ella "sabe" que no es eso y quiere saber quién la ha matado. Decide hacer el trabajo que la policía no hace. Elena tiene Parkinson; su cuerpo le responde sólo mientras dura el efecto de las pastillas. Como ella no puede investigar, va a buscar a una persona para que lo haga en su lugar saldando así una antigua deuda. En la novela nos cuenta Elena cómo prepara esta búsqueda y hace el viaje desde su casa hasta su destino, ayudada con las pastillas de dopamina; mientras viaja nos va contando cosas sobre su enfermedad, la relación con su hija, la vida de ésta y su muerte. Este relato nos habla sobre las creencias personales, las certezas o el derecho a la vida. Nos enseña cómo la enfermedad (podéis ponerle el nombre que queráis) se hace dueña del cuerpo; este libro te mete en la mente de la persona enferma y nos enfrenta a la dura realidad de los enfermos y de sus cuidadores con un relato que, aunque al principio puede parecer repetitivo y lento, al final, lo entiendes y lo compartes. Entiendes lo difíciles que pueden ser las relaciones madre/hija. Compartes lo difícil que llega a ser aceptar y vivir con la enfermedad por parte del cuidador y del enfermo. Y tiene un final perfecto, o al menos a mí me lo parece. |
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