Esenciaalibronuevo13 April 2021
La atmósfera de las prostitutas huele primero a libertad y luego apesta como mil sexos juntos al final de una jornada. Y el mal entra bajo sus faldas en forma de empellones devoradores. La calle, las habitaciones de hotel y las monedas de plata se convierten en todo un negocio en el que una vende su alma cuando vende su carne
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