Memento mori

El punto fuerte no va a ser el descubrimiento del asesino, ya que desde el principio sabremos quién es. Sabremos prácticamente todo de él, hasta iremosde su mano siguiendo todos sus movimientos. Seremos testigos en primera fila del juego que se trae entre manos para jugar con la policía, para manipular los hechos e ir siempre un paso por delante de la investigación. Agusto Ledesma es un asesino al que hay que temer. Vamos a tener la tener la suerte de disfrutar del argumento desde dos puntos: el del asesino y el del investigador. Con el investigador Ramiro Sancho vamos descubriendo la historia desde el otro punto de vista, el de quién quiere descubrir la identidad y dar «caza» al asesino. Las víctimas no tienen nada en común, no parece que tenga un móvil claro, no deja pruebas ni huellas, y lo único que une a sus víctimas es la «firma» que deja en ellas. En todos los asesinatos Agusto deja un poema compuesto por él. Si hablamos de los personajes solo puedo alabar como están construidos. Nos podrán caer mejor o peor, pero no nos dejarán indiferentes. Los tres que van a sustentar la trama son Augusto Ledesma, Ramiro Sancho y «Carapocha». «Carapocha» es un Psicólogo criminalista, ex agente del KGB y la Stati, muy versado y gran conocedor de la mente de los criminales en serie y que ha intervenido en los más importantes casos de esta índole. Llega a la investigación, por imposición de altas esferas.
Escenario: no se trata de una gran ciudad donde quizás un asesino puede esconderse mejor y pasar más fácilmente desapercibido, el autor ha elegido Valladolid (mi ciudad y la del autor). Para los que conocen la ciudad podrán caminar por sus calles a la vez que los personajes y para quienes no la conozcan, ya teneis un aliciente para visitarla en un futuro y recorrer los lugares donde transcurre todo. Estructura: capítulos cuyos títulos tienen que ver con Bunbury. Escrita en tercera persona el narrador va centrando los hechos, personajes y lugares de forma que el lector tiene una visión global. Utiliza un lenguaje fluido, sencillo, introduciendo algunos refranes y algunas perlas que hasta conseguirán sacarnos alguna sonrisa. El ritmo no es trepidante, pero tampoco lento, un ritmo que te engancha, te involucra, y da la información en la justa medida para que sientas la necesidad de querer saber más.