—Encuentra tu rosa, Mafalda. Lo que para ti es esencial. Una cosa que puedas hacer sin ojos.
|
—Encuentra tu rosa, Mafalda. Lo que para ti es esencial. Una cosa que puedas hacer sin ojos.
|
Intento leer por encima de su hombro, pero no lo consigo. Para mí las palabras de los libros son demasiado pequeñas, son hormigas negras y quietas que no quieren decir nada.
|
La lápida de la abuela es fea, tiene un angelito con cara de tonto, a pesar de que ella no creía en los ángeles, aunque a mí siempre me llamaba «ángel mío».
|
Yo estas cosas no las entiendo bien, yo pienso que o se es amigo o se ama a alguien, porque si hay dos palabras distintas para decir una misma cosa, no puede ser lo mismo.
|
Se me empañan las gafas. Algunas noticias deberían darlas siempre teniendo un gato al que abrazar. |
Pero después hubo que talarlo porque estaba enfermo, tenía piojos, pero yo creo que habría bastado con que le cortáramos las hojas. A nosotros, cuando cogemos piojos en el colegio, solo nos cortan el pelo, no nos matan.
|
Yo me quedo un momento en la puerta de la cocina, tratando de obligarla a volverse hacia mí con la fuerza del pensamiento, pero nunca funciona.
|
Mafalda conoce, más temprano que muchos otros, el vacío de la pérdida, pero también la belleza infinita de la amistad y el amor, y aprende que la aceptación no es renuncia.
|
Algunas noticias deberían darlas siempre teniendo un gato al que abrazar.
|
A todos los niños les da miedo la oscuridad, y a mí también, porque para mí la oscuridad es una venda en los ojos que me puse para jugar y ya no pude quitarme.
|
Gregorio Samsa es un ...