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"Su fisonomía no invitaba al amor aunque era muy hermosa, bien proporcionada y sin defectos, porque se notaba que la habían arrancado del tiempo como se saca una mandrágora del suelo; y la simiente que la había creado era tan maléfica como la de un ahorcado".Brutal. La Condesa Sangrienta de Valentine Penrose es probablemente el libro más inquietante que he leído nunca. Almas cándidas que en el mundo habitan, no leáis este libro si no queréis que os de un siroco. Erzsébet Báthory fue una condesa húngara del siglo XVI y tanto por familia como por matrimonio, pertenecía a la élite de su país. Era sobrina y prima de Reyes y por lo tanto gozaba de una impunidad que hizo posible una aberrante carrera sanguinaria que empezó todavía casada y se intensificó en sus años de viudedad en las catacumbas de su castillo de Csejthe. Si Cleopatra se conformaba con leche de burra para combatir los efectos de la vejez, la Báthory prefería la sangre de jóvenes lozanas, cuanto más altas mejor. Cuestión de gustos. Valentine Penrose era poeta y eso se nota, tiene una forma de narrar muy bella, a pesar de estar explicando las mayores atrocidades. La Condesa Sangrienta requiere de un esfuerzo lector y me gusta, no todo va a ser siempre leer en piloto automático. Aquí había párrafos que tenía que leer dos veces, a veces porque no podía creer lo que estaba leyendo y otras porque no entendía. Penrose no se corta a la hora de explicar atrocidades, pero no es morbosa ni cae en lo escatológico del tema. La Edición de Wunderkammer es sencillamente preciosa, roja, como la sangre derramada.
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