Uther traga saliva y señala el mar, que se derrama hacia las últimas líneas del bosque. Los peñascos sobresalen de su oleaje como puñales en el pecho de la Virgen, piensa Ulfin, como clavos en la puerta que hemos de tirar, piensa Uther.
|
Uther traga saliva y señala el mar, que se derrama hacia las últimas líneas del bosque. Los peñascos sobresalen de su oleaje como puñales en el pecho de la Virgen, piensa Ulfin, como clavos en la puerta que hemos de tirar, piensa Uther.
|
El merlín observó la sombra recortada del rey. Su destino. Lo que fue, lo que será.
|
Cada noche que pasaba estaba más convencido de que su presagio era cierto y Uther no tenía un destino esplendoroso, rutilante como una corona bajo la última luna, sino que más bien el futuro se le antojaba apolillado y carcomido, un pedazo incompleto de mapa, un hueco que, desesperado, intentaría llenar con conquistas sin comprender que jamas podría reconstruirlo de nuevo, recuperar su fulgor pasado.
|
El merlín había hablado con el tono monótono de lo que es conocido e inevitable. Las flores crecen en primavera, la cosecha se recoge en otoño, no debes alejarte del río en el bosque, tu hermano ha muerto, ya no eres un príncipe, recoge tus cosas, probablemente tú también mueras pronto.
|
El que iba en último lugar, tan joven que todavía sería un paje, observaba cabizbajo cómo sus hermanos discutían con alegría el éxito de la caza. Él, había pensado el merlín, habrá de engendrar al rey de toda Bretaña. |
¿Qué criaturas mágicas podemos encontrar en Gringotts, el banco de magos?