- Espero que sepas que siempre he querido que fueras feliz, Isa. Aunque no siempre lo he dejado claro. Supongo que dejé de intentarlo una vez que comprendí que había fracasado estrepitosamente. Me rendí. Pero ahora tengo la oportunidad de devolverte la felicidad y no voy a negartrla. Tienes mi bendición
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