Legado

WOW.
Literalmente creo que esa es la palabra que mejor describe a este libro.
Me pareció espectacular la manera en la que el autor logra desarrollar la trama en este punto de la historia, es más conciso y directo y nos da pocos respiros de cosas interesantes (lo cual a mi, en lo personal, me encanta)
Pasan muchas cosas inesperadas con varios de los personajes que te ponen los pelos de punta y hace que no quieras dejar de leer para saber qué es lo que les va a pasar.
El enigma mayor de la saga (que no voy a mencionar porque no quiero dar el más mínimo spoiler) se hace más grande en las tres primeras partes de este libro y llega un punto en el que tú, al igual que Eragon y compañía, no tienes ni la menor idea de cómo lo van a resolver.
Las últimas 279 páginas (aproximadamente) son CARDIACAS, de verdad (te recomiendo que las leas con tiempo y no cómo yo que me terminé durmiendo a las 4 de la mañana) no puedes soltar el libro.
Un detalle que me frustró pero me encantó de los capítulos en los que se desarrolla la gran batalla fue cómo el autor va saltando entre Eragon y Roran de capítulo en capítulo, sin duda fue un recurso muy bien aplicado para hacer que no quieras soltar el libro ni un minuto.
El final me pareció completamente inesperado pero espectacular, creo que es muy fiel con la esencia de Eragon y hace que sientas que era exactamente eso lo que tenía que pasar.
Si bien este es el último libro “original” de la saga, a finales del año pasado el autor publicó un nuevo libro que nos regresará a este maravilloso mundo, llamado “The Fork, the Witch, and the Word”, esperemos que salga pronto en su versión en español.