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Las Ardillas de Central Park están Tristes los Lunes, es el último libro de la trilogía animal de Katherine Pancol. Anteriores son Los Ojos Amarillos de los Cocodrilos, y El Vals Lento de las Tortugas. Tras la lectura de este ejemplar tan extenso, ochocientas páginas, como su título, la certeza es que le sobran, por lo menos, la mitad. Entran en juego personajes que, siendo muy, muy secundarios, ocupan un espacio que suma y rellena aportando poco, mientras que Philippe, por ejemplo, pasa desapercibido, casi no aparece ni ha sido desarrollado. Hortense, por el contrario, es quien tira de la historia, ha tenido evolución a lo largo de la trilogía, sin dejar de ser ella. Tiene mucho carácter, puede que nos gusten su actitud, acciones o criterios, pero es coherente consigo misma y con los demás, su hermana Zoé, entra en la adolescencia, se enamora y mientras tanto, la madre de ambas, Joséphine, está con la presión de su editor para la publicación de un segundo libro, para el que ella no encuentra argumento, y las ganancias del primero están menguando a buen ritmo. A lo largo de las páginas nos vamos encontrando reflexiones y conversaciones de los diferentes personajes que nos harán reflexionar también, cuestionar sus ideas o acciones y empatizar, o no. El final de la trama de esta trilogía es esperado, no tiene suspense, ni muchas sorpresas, es por eso que tantas páginas que aportan poco hacen que la lectura se haga pesada, es como si la autora se diera cuenta del número de páginas que estaban saliendo, y decidiera cerrarlo todo en unas pocas para terminarlo de una vez. Es lo mismo que hace, al final, el lector. Terminarlo de una vez. Este es el riesgo de las lecturas en serie ¿Cómo saber si la sensación del primero continuará hasta el final? |
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