El color de las cosas

Un préstamo de mi vecino que me sorprendió nada más verlo por su estilo de representar, que parece reducirse a la mínima expresión, pero, sorprendentemente y a pesar de ello, consiste transmitir muchas emociones, ya sea con la tipografía y su tamaño de letra o con el juego de las formas y composición de las páginas.

La historia del cómic se mueve entre una loca aventura de estas que te ponen nervioso por la cantidad de cosas que pueden pasarle a una misma persona y el drama, porque sí, todo lo que cuenta es muy triste, aunque esto quede un poco en segundo plano al contarlo de este modo (quizás al no poder ver las expresiones se despersonaliza la historia). Simon Hope es un adolescente inglés que vive en una familia desestructurada y cuyos vecinos de clase le martirizan por su obesidad. Tras ver que su padre dilapida los pocos fondos con que cuentan en las carreras de caballos, Simon decide probar suerte acudiendo a una adivina, que le recomienda apostar por uno por el que nadie daba un duro, pero que finalmente le hará ganar 16 millones de libras.

Cualquiera puede pensar que con esa fortuna todo mejoraría, pero ese hecho desencadenará un conjunto de desafortunados incidentes empezando porque no puede cobrar el dinero porque no es mayor de edad. Cuando llega a su casa descubre que está allí la policía porque su madre ha sufrido una brutal paliza que le ha dejado en coma y su padre está desaparecido. En ese momento Simon pasará a estar bajo tutela gubernamental hasta que se esclarezcan los hechos, mientras que todo el mundo sabe quién es y por ello tratan de quitarle el boleto ganador. La casualidad quiere que un día, visitando a su madre en el hospital, se encuentre con otro hombre que la visita frecuentemente y que resulta ser un antiguo amigo suyo. Con él emprenderá el viaje en busca de su padre que le servirá para saber si ha sido él el culpable de lo que le ha pasado a su madre y para que le autorice a cobrarlo.

La cosa no acaba aquí, de hecho es tan loca la aventura que de ella formarán parte también una ballena que ya es bisabuela y que murió a causa de un choque contra un portacontenedores o un rico aburrido al que acompañan unos moteros del infierno. En definitiva, se trata de una historia muy loca que además está contada de un modo sorprendente y original. ¡Merece la pena leerlo!