Todos los desastres que guardas para mí

Una vez más, Lorena Pacheco me vuelve a encandilar con otra de sus historias, de las que ya no necesito saber ni de qué van ni quién la protagoniza ni apenas nada sobre la temática ni la ambientación. Simplemente es una autora a la que leo por ser su pluma la que está detrás de la historia y no necesito más, al menos para lanzarme a leerla, que luego podrán gustarme más o menos cada una de sus tramas. A veces las comparaciones entre unas y otras son inevitables, pero en lo que no me ha fallado ni una sola vez es en el entretenimiento que proporciona y lo poquito que me duran sus novelas, sin tener en cuenta su extensión. En este caso, se puede decir que se trata de una novela corta, un segundo volumen independiente después de otra novela muy cortita, Todas las canciones hablan de ti. Digo independientes porque la pareja protagonista es distinta a la de la novela anterior, pero mentiría si digo que se pueden leer por separado. Para mí, la mejor lectura es en orden de publicación y leyendo ambas, porque aunque los personajes de la primera novela aquí sean secundarios, en gran medida están presentes y la historia continúa aunque sea en un segundo plano y tiene relevancia también para la propia pareja protagonista en este caso. de todas formas, podéis leer sin miedo esta opinión porque no tiene ni un solo spoiler de ninguna de las dos novelas.

Sin más rodeos, aquí conocemos a Lara, la mejor amiga de Daniela, alias la Chica de las Botas Amarillas de la primera parte. Como es su propia historia, nos la narra ella misma por completo, sin que haya capítulos alternos con el otro personaje principal, Joe (apellidado Black, guiño, guiño). Para mí, uno de los mejores aspectos de las historias de Lorena Pacheco es que guardan un perfecto equilibrio entre trama y personajes sin que la balanza se incline más un lado o de otro y eso ve en el nivel al que terminamos conociendo a los protagonistas sin que paren de ocurrirles cosas al mismo tiempo. La trama fluye ágilmente entre los encuentros desastrosos que tiene Lara con el mejor amigo del novio de su mejor amiga, con el que no termina de congeniar pero con quien no le queda otra que llevarse medianamente bien. El humor impregna cada escena, mucho más que en el anterior tomo, más intimista y tirando hacia la nostalgia. En esta entrega, la risa a veces es incontrolable si nos imaginamos las situaciones en las que se meten Lara y Joe ellos solitos. Sin embargo, como decía al principio, también sigue un poco el hilo general a continuación de Todas las canciones hablan de ti y también tiene cierta dosis de dramas y penas, más que nada para aportar realismo y profundidad a las tramas personales, sobre todo de Lara y Daniela, que como amigas deben afrontar una pérdida común y seguir con sus vidas felices en Edimburgo sin sentirse culpables.

Más o menos el argumento sería así de sencillo, un romance entre “citas” desastrosas con una protagonista muy divertida, con pensamientos y conversaciones sarcásticas, con mucha química entre ambos principales. Y además, pese a ser una novela tan cortita, también esconde un road trip adorable cuando ambas parejas deciden irse a conocer Escocia más a fondo, unos como novios súper acaramelados y los otros dos como mejor amiga y mejor amigo obligados a poner buenas caras para que todo sea perfecto. Me ha encantado ese viaje por las Highlands, las descripciones del paisaje escocés, del lago Ness, las supersticiones y los datos curiosos que se van dejando caer… Digamos que toda la novela es una comedia de líos y enredos, pero la verdadera esencia de la historia está en este tramo concreto del viaje, con todos los personajes principales juntos y con todos los sentimientos a flor de piel cuando se acortan las distancias por la convivencia.

Por otro lado, la prosa de Lorena Pacheco siempre se merece una mención aparte. Su estilo es fresco, desenfadado, muy cotidiano y con un toque de humor inteligente. Los diálogos que va formando van más allá del simple ligoteo o de esas conversaciones súper ñoñas que aparecen en muchos libros románticos y que a mí me saturan los niveles de azúcar. Los personajes se relacionan como personas, no como si estuvieran recitando un guion sobre la filosofía del amor y eso los hace muy reales, muy cercanos y nos facilita que podamos empatizar con ellos en muchos aspectos, no solo en los sentimientos románticos, también en cuestiones familiares y de amistad, porque hay varias subtramas para que no todo el libro sea la relación de romance. Es verdad que me hubiera gustado conocer ambos puntos de vista, pero como no es algo a lo que me tenga acostumbrada esta autora en el resto de sus novelas, tampoco puedo decir que no me lo esperara. Aquí la reina es Lara y el resto son peones de su historia (que para eso acapara la portada) y lo cierto es que Lorena Pacheco vuelve a reafirmar que las protagonistas únicas y absolutas sean uno de sus puntos fuertes, incluso aunque la novela tenga tan poquitas páginas que parece que nos vayamos a quedar en la superficie de su personalidad.

Para mí ha sido más que un libro de entretenimiento, aunque se ve que este es el principal objetivo de la autora por el tono, los mensajes y la resolución de la historia. Tengo que reconocer que me ha emocionado ese final, y eso que no suelo notar casi nunca ese nudo en la garganta de lágrimas contenidas, sobre todo cuando me veo venir el desenlace, pero es que ha sido taaaan tierno y me ha regalado tan buen sabor de boca, que me ha dejado muy blandita al terminar. Para más disfrute, la edición interior está muy cuidada, no solo por esa ilustración de la cubierta que es obra de la propia Lorena Pacheco, sino que además hay varias ilustraciones repartidas por todo el libro, también de la autora, a modo de fotografías que lo que se va narrando. En definitiva, he tenido en mis manos es un libro muy bonito tanto por fuera como por dentro, como también lo son la historia que guarda, los sentimientos que refleja y las emociones que provoca.

Así que dicho todo lo anterior, podéis imaginar lo mucho que recomiendo tanto esta historia como cualquiera de las que ha publicado Lorena Pacheco. Tenía muchas ganas de poder leer esta novela y al final me he encontrado todo lo que esperaba y alguna sopresa más. Tanto es así, que no me hubiera importado si hubiera tenido otras 50 páginas más de situaciones cómicas y conversaciones con tanta química. Yo no la leería por separado pero sí que es cierto que la he disfrutado más que la novela que la precede, quizás por el mero hecho de haber conectado mejor con Lara que con Daniela o porque esta se centra más en el humor que en el drama. En cualquier caso, ambas se pueden leer en un suspiro porque las páginas y la maquetación hacen que sea una lectura súper cómoda y muy rápida. Si no la conocéis, mi consejo es que os lancéis a descubrir a esta autora porque tiene repertorio suficiente para poder encantaros.
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