La chica salvaje

Libro autoconclusivo. 
Próximamente tendremos la película en cines.

Esta historia se nos narra de una forma delicada y muy ambiental, en la que lo importante no es el crimen acontecido en el presente del libro, sino la pequeña niña de hace diez años que nos muestra la crueldad de todo un pueblo, el abandono no sólo físico sino emocional de una familia, que nos muestra también la belleza de las marismas de Carolina del Norte.

Nos encontramos una muestra poética de la naturaleza, nos encontramos la discriminación y la soledad, nos encontramos incluso el silencio, nos topamos con él y aprendemos junto a Kya, la protagonista, a escucharlo, a vivivr con él, a sobrevivir en el vacío que se crea al crecer casi sin nadie que pueda comprenderte. Aunque tenemos a Tate.

No es una trama que gire en torno al crimen que conocemos desde el principio de la novela, sino que nos muestra mucho más allá, nos muestra los detalles y la importancia de estos, sin casi una pizca de acción, el entorno nos envuelve sin necesidad de sentir más que el arrullo de la hierba alta y el agua que corre.

Encontramos un aire melancólico y solitario, casi distante, sin llegar nunca a dejar que te desprendas de lo que se te cuenta, pero sí  mostrando, de una forma melancólica, la realidad y crueldad de la vida.

Una historia delicada llena de luces creando sombras, que se cuelan entre los resquicios del alma y nos dejan ver la belleza de un mundo que, muy a menudo, nos hace sufrir.