El último en morir

El tiempo se arremolina en torno a nuestras vidas, riéndose de nosotros.

Los días de muerte son días en los que el peso de nuestra relación con el amor descansa en nuestras manos desnudas. Días en los que recordamos lo que hemos perdido y tememos lo que pueda depararnos el mañana. La alegría que trae el amor y el precio que pagamos por esa alegría. Días en los que damos gracias, pero también suplicamos piedad.

Los demonios son de carne y hueso y caminan entre nosotros.

Por más palabras que haya en el mundo, cuando esta noche me acueste en la cama mi mano no estará en la tuya. Eso es lo único que entiendo.

No siempre tenemos la posibilidad de despedirnos.

¿Qué es lo que tiene la Navidad, que todo lo que hace daño parece peor y lo que te hace feliz parece mejor?

¿Qué sentido tiene vivir un año más si no tienes con qué llenarlo?

El amor siempre encuentra una forma de comunicarse.

El amor puede ser tan fácil a veces.

Cuando todos los nombres y las caras desaparecen de tu memoria, lo que puede resistir más tiempo es el amor.