INSOMNIACS AFTER SCHOOL, VOL. 12

Otra serie que entra en su recta final, y lo hace al mismo tiempo que sus protagonistas van acercándose al final de sus años de instituto.

La relación de Ganta e Isaki avanza viento en popa. Ella pasa una semanas en casa debido a su enfermedad, tiempo en el que él la visita y le lleva las tareas de clase. Shiromaru avisa al grupete para que le ayuden a despejar de nieve el acceso a las recreativas y, a cambio, les da un aguinaldo (lo cual es gracioso, porque ella les saca unos dos o tres años nada más). También avanzan las relaciones de otros personajes, como la de Shiromaru con la profesora a cargo del Club de Astronomía, que le hace una visita para comer cangrejo como cierre del año.

Con el dinero ahorrado en Navidades, Isaki se compra una cámara para poder hacer fotos en las salidas astronómicas, pero también para seguir rellenando el álbum que Ganta le regaló con fotos de los dos. El tiempo sigue avanzando entre fiestas de pijama y actividades del club hasta que cumplen los 16 años. Se celebra un nuevo festival cultural para promocionar los clubes del instituto y conseguir nuevos miembros, y, para sorpresa de Ganta, son tres los interesados en formar parte del Club de astronomía, el primo de Shiromaru y dos chicas amantes de las estrellas y la fotografía respectivamente.

De nuevo pasa el tiempo y llega la celebración del Seihakusai, el festival más importante de Nanao. Ganta e Isaki quedan para fotografiar las carrozas gigantes y, más tarde, se reúnen con sus amigos para cruzar los siete puentes del lugar, pero, para que se cumpla el deseo que pides, tienes que conseguir hacer el recorrido sin hablar. Ninguno de ellos lo consigue, pero pasan un buen rato todos juntos. Y ya va llegando el momento de decidir qué carrera estudiarán y dónde. Ganta está decidido a estudiar para Auxiliar de enfermería y así poder cuidar de Isaki, aunque ella no quiere que la vida de él gire en torno a la de ella. Por su parte, Isaki decide enfrentarse a su madre para conseguir estudiar lejos de casa aunque no esté en la zona del hospital en el que llevan su enfermedad.

El poso que deja esta serie es siempre tiernísimo, la relación entre los protagonistas es preciosa, al igual que las que mantienen otros personajes secundarios. Lamentablemente, a medida que se acerca el final va ganando lugar la nostalgia…¡no no quiero que termine!